lo íbamos a hacer el domingo, pero el lunes me tenía que levantar a las 6:30 entonces me hice la boba. todo el día me molestaron con que lo íbamos a hacer, pero yo pensé que era entre chiste y chance. era real. en la comida me preguntaron si tenía miedito o que a lo que respondí no, vamos. nos alistamos, les pusimos pilas a las linternas, nos pusimos los wetsuits y arrancamos a la playa.
cuando llegamos, la marea estaba bajita entonces nos tocó caminar un rato para poder ponernos las aletas y empezar a nadar. salimos tres amigos y yo. nadamos un rato largo por encima de las algas. y empezaron las preguntas, ¿ valdrá esto la pena ? ¿ qué estoy haciendo ? ¿ quién me creo haciendo esto ? ¿ y si nos pasa algo ? ¿ y si no veo nada ? ¿ y si no tenemos nada que contar mañana ? ¿ para qué hago esto ? ¿ para yo verlo, o para contarlo ? nadie me había dicho que hacer snorkel por la noche se volvía tan existencial.
después de lo que se sintieron como horas, pero realmente fueron unos minutos, empezamos a ver peces. muchos peces dormidos, descansando en rocas, sin moverse y pensé que esto no iba a valer la pena, al otro día tenía una buceada importante a las seis de la mañana, estaba empezando a arrepentirme, pero entre más nadábamos y nos íbamos acostumbrando, más bacano se volvía tener el poder y ser uno el dueño de sus propios límites, yo solo puedo ver lo que yo mismo alumbro, yo estoy en control total de mi sentido de la visión. entonces íbamos entendiendo a donde y cómo apuntar para poder ver más y nos encontramos a una langosta grande que nos miraba a los ojos, una convención de peces león que estaban tramando como seguir invadiendo el mundo, y a muchos ermitaños y a un pez roca.
hasta que nos miramos y apagamos las linternas, dejándole al mar el trabajo de la luz. y el agua respondió, con cada movimiento, por mínimo que fuera, la bioluminecencia se aprendía el camino, nos rodeaba por completo. cuando bajábamos, a pesar de los trajes negros que teníamos, la forma del cuerpo era totalmente reconocible. cuando volvimos a prender las luces, el mar volvió a su calma anterior, como si el baile de azules que acabábamos de presenciar había sido un sueño.
así se sintió, como un sueño
si que valió la pena
espero volver a hacerlo.
Seychelles
Octubre 11, 2021
11:14 pm
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