cuando nos gusta algo, o lo admiramos, juntamos nuestras palmas y hacemos ruido. no hay explicación científica para eso. pero lo hacemos, y lo hemos adaptado, a chasquear en eventos de poesía, o cuando es demasiada la admiración, nos paramos. nos emparenta con las focas, y nos vuelve a conectar con los simios, que aplauden de alegría o de entusiasmo.
y durante el hay festival, no paré de aplaudir. porque no pude contener la admiración, no pude contener la alegría y la fascinación que me provocaron esos grandes intelectuales. pero a quien más apaludí fue a Oleksandra Matviichuk.
ella es una de las recipientes del nobel de paz del 2022. es una abogada de los derechos humanos que es la cabeza de la organización "centre of civil liberties" que recoge testimonios de ucranianos para poder denunciar la barbarie y la crisis humanitaria que está pasando allá.
entonces ella, en las dos charlas que yo estuve, denunció. denunció a rusia, por la barbarie, por la miseria y la violencia. a las naciones unidas, por dejar esto pasar y no hacer todo lo que está en su poder para detenerlo. porque no es suficiente que esperen a que esto se acabe para llevar a putin a la justicia, porque hay gente sufriendo, y por eso se tiene que acabar ya. denunció a las grandes potencias mundiales por permitirlo. y contó. contó historias dolorosas de las realidades ucranianas, de las personas ordinarias que han hecho cosas extraordinarias. de la valentía y el nacionalismo de todos los ucranianos. todo esto lo contó llorando.
y le aplaudo todo. la fuerza y la valentía de levantarse todos los días y seguir peleando. por poder seguir siendo permeada por el dolor. por llorarlo. por levantar la voz, por seguir peleando. por irse hasta colombia a contar su historia y la de muchos más. por denunciar y exigir ayuda.
por eso iniciativas como "aguanta ucrania" me parecen dignas de un aplauso. porque nos cuentan esto.
enero 30, 2023
10:24 am
bogotá
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