estaba hablando con S, contándole que tengo el blog hace cinco años y ella me preguntó que si no me daba cringe leerme (entiéndase “cringe” como tener un sentimiento interior de vergüenza o incomodidad aguda). creo que tiene muchas partes esta respuesta, pero la simple verdad es que no, no me da cringe.
no me da cringe por muchas razones. una de las más fáciles es que no soy tan vulnerable en lo que publico, hay mucho que se queda escrito que no llega a la pantalla, y creo que eso ayuda a que no me de tanto cringe.
pero, más que eso no creo en juzgar a esa versión de mi. no creo en censurarme para una yo futura. no creo que darme un calificativo tenga sentido alguno. creo que es un proceso, en el que he entendido que el cringe es una respuesta de nuestra sociedad, hipercapitalista y patriarcal, donde cualquier muestra de sentimientos es una muestra de debilidad. que nos dé pena sentir y vivir genuinamente.
creo en escribir lo que pienso, como lo pienso. no censurarme, no juzgarme, no escribir pensando en quién me va a leer. creo en el poder de lo genuino, que finalmente es vulnerable. y desde hace un tiempo he comenzado a abrazar a esa parte de mi; la cringe. porque es simplemente una muestra de mi. abrazo a esas versiones de mi que sabían menos de lo que sé hoy (que sigue siendo muy poquito). las felicito por querer exponerse, por dejarse ver.
y me permito ser; ridícula/ romántica/ poética/ patética/ genuina/ ilusionada/ inocente. me rehuso a ser turista en mi memoria, a juzgarme sin propósito ni sentido. estoy hecha para sentir, amar, llorar, sufrir, y crecer. para poder ser real, se tiene que poder ser cringe. y yo quise soltar eso. creo que todos deberíamos soltarlo.
febrero 19, 2025
tsavo east,
durante un game drive
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