el otro día me dijeron que soy muy exigente. con los manes, con las amistades, y con mis relaciones sentimentalmente/afectivas y es verdad. yo soy muy exigente, siempre lo he sido. mentira, no lo era, no lo fui y me salió mal.
me hice mucho daño, esperando que personas me dieran cosas que claramente no me iban a dar. aceptando migajas y diciendo que estaba llena. buscando amor y aceptación en cuevas vacías para mí.
entonces empecé a ser más crítica, del tipo de relaciones que quería cultivar. a qué amistades les iba a meter mi amor, porque aunque claro que nunca voy a no ser especial, a veces es muy desgastante dar, dar, dar y que no sea ni reconocido, ni siquiera pensar en que sea recíproco.
entonces me comencé a dar cuenta de as amistades que me llenaban y las que me vaciaban. y no solo es ser consciente, sino también ser consecuente. salir, verme y hablar más con las personas que me devuelven lo que yo les doy. y quitarles tiempo a los que siento que me quitan luz.
y es liberador. porque ellos, quienes me llenan, me nutren, también me dan ganas de ser especial con todo el resto. querer por lo rico que es querer. dar, por el simple hecho de dar. ser generoso por la delicia que es ser generoso. entonces soy exigente porque no estoy dispuesta a que nadie me quite mi paz. me disminuya la cantidad de paz. no se lo permito a nadie.
Bogotá
Junio 10, 2021
6:20 pm
de los mejores consejos que alguien me ha dado: conectarse con la gente que se quiere conectar contigo