me pareció más performativo que como un “concierto”. era una puesta en escena con unos bailes demasiado exagerados, donde el performance era más importante que la música. donde la puesta en escena era lo más importante. por lo out there que fue. todos perreando, bluyiniando, dándose besos, con todos. una parte en la que 1 se daba besos con 2 y 3 con 4 y se volteaban y ahora 1 con 3 y 2 con 4 y se volvían a voltear y 1 con 4 y 2 con 3 y seguían. no lo digo en términos de juzgar, pero el show se vuelve de eso y no de su música y de ella.
me dejó pensando en algo que ha estado cruzando por mi cabeza mucho, que es la nueva performatividad del arte. ya no importa si tu música, tu pintura, tu libro es bueno, lo que importa es cómo lo vendes. si eres buen tik-toker o instagramer entonces tienes más alcance, entonces más gente lo puede ver y por tanto comprar. si logras que tu pieza (producto ??) salga en algún lado te vuelves “famosa”, por un día. entonces el arte, sobre todo los libros, se han vuelto fast fashion. funcionan por tres meses donde están de moda si cumplen con equis criterios y los autores tienen que sacar un libro al mes para seguir populares.
también pienso en la cantidad de gente que hace arte ahorita, lo difícil que es encontrar buenos libros, buena música, en un mundo tan publicitario. donde uno no sabe a quién creerle. donde uno no sabe dónde buscar, de qué forma encontrar. no solo lo cinco recomendados por booktok, sino más, sino otros libros buenos, otra música que le hable al corazón de uno. la dicotomía es que la gente que hace ese tipo de arte es la que no usa esas plataformas para promocionarse, pero ahorita, esa es la mejor y casi única forma de venderse.
que mundo tan distópico en el que vivimos.
diciembre 12, 2023
8:50am
honda
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