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Foto del escritorPeule

respuesta al museo del mañana

el museo del mañana fue un lugar al que fuí este fin de semana en Río y me dejó pensando muchas cosas. la exhibición del antropoceno me hizo pensar en mi clase de relaciones sociales. en esta parte del museo había muchas columnas, y cada una hacía referencia a partes separadas de lo que nos hace humanos.

el primer poste decía: somos humanos porque nos imaginamos y utilizamos el lenguaje simbólico. con la palabra y la técnica, nos expandimos a todas las regiones del planeta, creando la diversidad de las culturas. vivimos en sociedad y pertenecemos a familias, grupos y comunidades con los cuales nos identificamos. cada cultura posee un repertorio de conocimientos y comportamientos comunes, renovados por la historia y por experiencias colectivas. hacemos las mismas cosas, de maneras siempre distintas. sensaciones, emociones, gustos, creencias, lenguas y costumbre conforman el inmenso caleidoscopio de la riqueza cultural de los pueblos. somos humanos porque formulamos y compartimos ideas capaces de transformar la realidad en que vivimos. somos humanos porque somos culturales.


me encantó esta definición de los humanos por lo social que es. porque ubica al humano dentro de su especie, que lo que lo diferencia del resto de los animales no es la conciencia, ni la habilidad de caminar erguidos, ni hacer herramientas, sino la habilidad de construir en conjunto.


me gustó mucho la idea de entendernos como especie de esa manera tan social. tan involucrada con los demás. y por tanto tan cierta. porque pensarnos solos es falso, incierto, y más que eso es como una mentira por omisión de la verdad. no es suficiente. me gustó mucho esta forma de entender al humano, me sentí muy identificada con esta forma de entendernos, de entenderme.


en las columnas se hablaba de creencias rituales, formas de celebración, comida, identidad, lugares que habitamos, comunidades, sentimientos, razones por las que disputamos. muchas aristas de lo que es ser humano. en cada una de las columnas había una de estas aristas y estaba llena de fotos en cada uno de sus lados, de distintas comunidades, países, etnias, mostrando formas en las que vivían ese ángulo de lo humano. me encanto como en este museo presentaban formas de entendernos como especie, no como cosas que nos “unen”, sino como lo que nos es inevitable como especie. lo que tenemos adentro. y algo que me di cuenta, es que para todas estas cosas, se necesitan las relaciones. que estas son la base y el centro de todo lo humano. por que todo lo humano es concebido en conjunto, como algo de los humanos, casi nada es algo que solo una persona en el mundo ha experimentado. porque aunque vivamos algo de forma individual, un duelo, por ejemplo, igual no somos los únicos en el mundo que lo hemos vivido. y creo que eso tiene algo de merito. algo de magia.


 

ahora bien, no todo es rosas.


creo que aunque es una apuesta muy interesante la de hacer un museo sobre lo que puede ser el futuro, es muy atrevido y a la vez muy absolutista. pensar que tenemos idea de lo que nos espera es muy complejo. en una sociedad que va a tres mil por hora, donde todos los minutos hay nuevas soluciones a viejos problemas y nuevos problemas cuyas soluciones son inconcebibles, creo que hablar de un futuro donde “el conocimiento del pasado va a ser la herramienta que nos ayude a construir un futuro que sea deseable” no es divino, sino inocente. ingenuo.


no sabemos si el mundo se va a acabar mañana por el calentamiento global, o si como especie lo vamos a acabar por la falta de recursos, o si vamos a curar la capa de ozono, o vamos a encontrar otro planeta que poblar, o los robots nos van a matar, o otro virus como el corona va a terminarnos. o cualquier cosa. no sabemos si vamos a solucionar todos los problemas que tenemos o si no va a haber suficiente futuro para pensar en tener nietos, o siquiera hijos. no hay tanta certeza del futuro como antes hubo. como había hace 50 años, o hace 8 años cuando inauguraron el museo.


no se si pienso esto por las películas o los libros distópicos. sé que leer “Homodeus” de Harari me ha hecho tener nuevas perspectivas sobre el futuro. no me subo a su escuela de pensamiento totalmente pesimista de que el mundo se va a volver tan automatizado que nos vamos a volver robots. pero creo que si da perspectiva, abre mucho la cabeza de pensar en futuros posibles que están cerca o lejos de lo que queremos que pase, pero al menos empezamos a concebir un futuro distinto al ideal.


ir a este museo me gustó por lo que escribí antes, pero me pareció insuficiente, incompleta esa percepción del futuro. pero entiendo que es un museo, que es un discurso, y que está también imaginando un futuro posible.


noviembre 20, 2023

1:16 pm

bogotá




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