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Foto del escritorPeule

pelaitas doradas

Actualizado: 1 dic 2021


había una vez tres niñas, que tenían el pelo del color de la miel, y los ojos también. eran tres, dos parecían fotocopiadas y la otra se les parecía un poco también. las tres con el pelo medio crespo, los cachetes gigantes y las barriguitas más. tenían las sonrisas infinitas y vivían carcajeadas. se inventaron mil juegos. jugaban a ser princesas y amigas, grandes heroínas o pequeñísimas hadas. juntas, podían vencer cualquier mal, podían salir victoriosas de cualquier guerra. se inventaban historias, conflictos y resoluciones, personajes y canciones. se inventaban obras y musicales, sus papás siempre las veían con una sonrisa. ellas podían vencer el mundo, ellos también lo sabían.


empezaron a crecer y a aprender juntas, sobre el mundo, la gente y sus creencias, con canciones que lo complementaban. empezaron a compartir música, y a pesar de que una de las niñas era un poco más grande en edad, tenían todas la misma mente. querían ser iguales, y que todo fuera parecido, querían ser lo más unidas posible, y por un tiempo lo lograron, ellas cantaban juntas y se inventaban historias. iban a parques y conocían animales, eran imprudentes y a veces no leían tan bien a la gente. intentaban compartir siempre con todos todo lo que sabían, les cantaban a los caminantes y les contaban historias a los juguetes. ellas, con sus mentes brillantes y llenas de ideas, ellas, que no se perdían ni la corrida de un catre, que todo lo observaban y lo guardaban en un cajón de su memoria, eran unas imitadoras fenomenales. hacían los mismos gestos, usaban las mismas frases, se reían parecido que la víctima y entre ellas, con eso se entretenían. de vez en cuando se lo mostraban a sus papás, o a sus amigos, o a cualquiera que les pusiera atención. y ellos se morían de la risa, les parecía fascinante que fueran tan creativas, tan observadoras, tan inteligentes. ellas podían vencer el mundo, ellos también lo sabían.


siempre eran el alma de la fiesta, las dos chiquitas alumbraban todos los lugares a los que entraban. pues estas dos tenían una cantidad de luz infinita, que abarcaba todo, brillaban demasiado fuerte, tenían una personalidad que calentaba hasta a los más fríos. y tenían unas risas contagiosas, y unas sonrisas gigantes, unos brazos abiertos para ayudar a calmar cualquier tormenta, una cabeza llena de consejos o de historias, de maneras de alegrarle la vida a las personas. unos hombros que aguantaban cualquier llanto y dos manos para siempre ayudar. tenían unas piernas que las habían llevado de dolores profundos hasta alegrías abarcadoras, que las habían obligado a levantarse hasta cuando no tenían fuerza. un corazón gigante, donde cabían todas las personas que querían, y todas las oportunidades que estaban dispuestas a dar, y todo el amor del mundo. pues estas niñas tenían algo muy especial, algo que muy pocos tienen el gusto de conocer, ellas dos, las fotocopiadas tenían el alma hecha del sol. tenían el sol de alma. y la otra niña sabía esto. lo tenía clarísimo.


y empezaron a crecer, sus almas cada vez brillaban más, y estos tres seres de luz se volvieron inseparables. se veían siempre, ya que las carcajadas juntas nunca se acababan, caminaban por el sol y veían películas en la oscuridad. siempre les gustaron las historias, a la grande se le desbordaban las historias. le salían por los dedos y creaba unos mundos de ficción a los que las otras dos amaban entrar. ellas dos eran sus partidarias número uno, las que más la apoyaban, las que más le ayudaban. con la que más confianza le daba hablar sobre sus pensamientos y sentimientos. pues con ellas logró subirse el volumen al tope. con ellas dos podía ser total y completamente ella, sin peros o pausas, sin ningún tipo de velo. y a ella le encantaba creer que ellas se sentían igual, que sabían que podían poder subirse el volúmen completamente. y en estas eternas charlas, también empezaron a tergiversar la realidad en la que vivían. cogían una historia, un momento, una persona y le empezaban a dar vueltas, a moldearlo tanto como su creatividad las dejara, a conjeturar. estas tres eran tremendas, se inventaban amores y sus disoluciones, despedidas y dolores, abrazos, declaraciones y felicidades. podían pasar horas dándole vueltas a una idea y lograban convertir palos en espadas, rocas en diamantes, árboles en castillos.


ellas nunca se pelearon, no conocían lo que era una discusión. podían atacarse de la risa por horas con una mirada. tenían un tipo de complicidad que nadie podía entender, pues cuando se juntaban los corazones de las tres terminaban llenos, repletos, rebozados. y ellas, dulces, doradas, arriesgadas y sonrientes esperaban que pudiera ser así por el resto de la vida. esperaban que la complicidad durara tanto como ellas, que las risas, el amor y las conversaciones no se acabaran nunca. que la compañía que se hacían y lo mucho que se entendían con solo mirarse, que la calma que sentían por tan solo estar juntas fuera eterna. pues para la tercera, esas dos niñas le alegraban su alma de girasol. quería por siempre crecer hacia ellas, que su luz la alumbrara eternamente.


 

mis primas, mis personas favoritas cumplieron años hace poco y esta fue mi carta para ellas.

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2 Comments


Unknown member
Jan 29, 2021

Espectacular Poli!!

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Unknown member
Jan 26, 2021

QUE ES ESTA HISTORIA😍

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