tengo una colección de dioses. de virgenes también. me encanta tomarles foto a los que están en lugares donde a mi no se me ocurre pensar en dios. en los que se nota que fue difícil ponerlos ahí. la virgen arriba del pilón de azúcar de la guajira. el dios dentro de las batu caves en kuala lumpur. el cristo enorme en río de janeiro. estos son los primeros que se me vienen a la cabeza, pero seguro en mis fotos tengo muchos más. los que hay en páramos, en montañas, en cuevas, por todo el mundo y a través de todas las culturas.
me hacen cuestionarme tantas cosas. me pregunto primero, ¿por qué los ponemos ahí? ¿cuál es la razón? es porque creemos que dios lo hizo, que él está en ese lugar tan loco y maravilloso, que toca poner una estatua para acordarnos que fue él el que hizo eso?
¿o es para agradecerle por hacerlo? ¿ponemos una estatua para conmemorar su fuerza? ¿sus habilidades? ¿para acordarnos que tenemos que agradecerles por el mundo que crearon, por hacer esto específicamente ?
o porque al ver estas maravillas, las montañas que dejan ver paisajes locos, las cuevas con sus propios ecosistemas, las piedras, eso que no se ve frecuentemente, no podemos negar la existencia de algo, de alguien ? que esto tenía que estar en el plan de alguien, que imposible que el mundo solo llegara a esto. nos pensamos tan suertudos que creemos que tenemos que poner a dios, porque es imposible que él no esté aquí desde antes ?
me cuestiono mucho estando lejos. me parece raro, estar lejos me parece raro. me parece increíble que sea el mismo planeta que el mío, que sea mi realidad también esta. que cuando coja un avión de vuelta a mi casa me esté refiriendo al barco, por tres meses más, que no me esté refiriendo a mi desayuno de siempre con mi mamá, ni las tardes riéndome con mi hermana. que por un rato, no muy largo, esa no va a ser mi casa. me parece imposible casi, pensar que en unos años esa no va a ser mi casa, no así, no de la manera que es, porque la vida y el mundo siempre están en evolución.
me parece increíble sentarme a pensar en esto. estar, oyendo la lluvia que oigo también en mi casa, en un almorzadero en Kuala lumpur, a 13 horas de la realidad bogotana. que mi tarde ya se está acabando y su día todavía no ha comenzado. que este viaje todavía no ha comenzado, que apenas vamos en el SEGUNDO puerto. de tantos más que van a haber.
enero 24, 2025
kuala lumpur
5:36 pm
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