estaba en la casa de los hijos de unos amigos de mis papás con los que hoy he perdido contacto, pero es gente con la que crecí y conozco de toda la vida. uno llegó tarde y entró a ver la mesa donde estaba su hermano, dos amigos del hermano del colegio, otro amigo de toda la vida, su novia y yo. este man que llegó tarde, digamosle M, procede a saludarlos a todos, los hombres, de nombre y apellido y ni nos miró a nosotras dos. más adelante me lo encontré de frente, me saludó como si no se supiera mi nombre y me preguntó que cómo estaba yo, que cómo estaba mi hermano y que cómo estaban mis papás, a lo que le respondí que súper tres veces y me fuí. la otra niña se me burlo "disque súper tres veces", pero la razón de mi respuesta cortante fue realmente porque no quería conversar con una persona que no me saluda porque soy una mujer. que no me da un lugar en la mesa, que me define y me achica a solo eso, una mujer, como si a) ser mujer fuera poco, y b) ser mujer fuera menos que ser hombre.
pero estoy tomando una nueva visión, porque, como dice Gómez-Upegui en su libro "feminista por accidente", recomendadísimo, es que una de las mejores excusas para la aversión a las feministas es volverlas villanas, y (ya un poco fuera del tema con el que comencé) esa es una de las mejores maneras que tiene el patriarcado para seguir tan fuerte, demonizarnos, hacer que todas nos odiemos y que todo sea una competencia y así todas somos enemigas sin darnos cuenta que todas tenemos la misma meta, y es el patriarcado, con nuestra ayuda, que no nos deja conseguirla. entonces mi visión es "kill them with kindness", ser tan querida que se arrepientan de no saludarlo a uno, ser tan querida que no tengan nada que decir. que se coman sus palabras. defenderse mientras se hace un mundo mejor. dar tanta luz, que no puedan más que contagiarse.
en esta nota, alguien ayer hablo de mi tatuaje y dijo "en tu brazo que dice happiness", que bueno ser asociada con eso.
Abril 14, 2022
12:00 pm
mesa de yeguas
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