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el neurosexismo como construcción del patriarcado

Actualizado: 26 ago 2022

Para responder las preguntas de ¿Qué es “neurosexismo''? y si ¿buscar diferencias en los cerebros entre hombres y mujeres es un ejemplo de neurosexismo? Voy a usar las bases conceptuales de Lise Eliot, además de otras referencias. Pero, para responderlas, tiene que haber un contexto más amplio de lo que se va a hablar, por lo que en el ensayo no solo voy a tratar los temas presentados en las preguntas, sino también por qué nace el neurosexismo y sus consecuencias culturales. Todo esto para poder llegar a la conclusión de que la búsqueda de diferencias en los cerebros entre hombres y mujeres es neurosexismo y que el neurosexismo se ha usado como una forma de machismo para reforzar las categorías patriarcales binarias de género.


Primeramente, les voy a hablar sobre el neurosexismo. Según Word Sense (WordSense Online Dictionary, 2022) la definición (traducida por mí) del neurosexismo es “el uso de investigaciones neurocientíficas para apoyar ideas preexistentes sobre las diferencias inherentes de los sexos”. Mientras que Eliot no lo define explícitamente en ningún momento, es implícito que ella entiende el neurosexismo como una manera de buscar evidencia que apoye unas diferencias biológicas que los científicos que las buscan están seguros que existen. Pero, como ella bien dice, la historia de la búsqueda de diferencias entre los sexos está plagada de falta de conocimientos numéricos, malas interpretaciones, sesgo de publicación, poder estadístico débil, controles inadecuados y cosas peores. (Eliot, 2019) Entonces, como podemos ver en ambas descripciones, el neurosexismo es una excusa de cierta manera para poder seguir en el ciclo de los roles de género haciendo que las reglas de género creen falsas profecías que se cumplen por sí mismas. (Gomez-Upegui, 2021) A lo que me refiero con esto es que lo que se busca encontrar a través de las investigaciones enfocadas en las diferencias de sexos es comprobar que todo lo que culturalmente (en el occidente sobretodo) se cree sobre la mujer y el hombre está reafirmado por la naturaleza y que entonces, es lógico que sigamos estos patrones inherentes.


Pues, como mencioné anteriormente, el neurosexismo tiene unas ideas que están construidas a partir de las ideas binarias y sexistas que la sociedad y sobre todo el patriarcado han impuesto sobre nosotros. Me refiero a binarias porque es importante ver cómo en lo que se considera como neurosexismo se busca entender las diferencias biológicas entre el hombre y la mujer, ignorando que los humanos también pueden ser intersexuales. Esto se da porque a través de la historia el término intersexual, o hermafrodita como se conocía antes, era marginado e ignorado, ya que por no entrar entre los estándares de “normal” de ninguno de los dos sexos aceptados por la sociedad, de cierta manera no hacía parte de la misma. Hablo también de las ideas sexistas porque lo que se busca es mostrar que los hombres son diferentes a las mujeres en lo que los beneficia dentro de su rol como masculino socialmente, y es igual con las mujeres y su rol femenino en la sociedad. Pues en las diferencias se busca encontrar cómo el cerebro del hombre es lo que lo hace ser más inteligente, más racional, y aspectos de este tipo que justifican y explican por qué el hombre está valorado como “mejor” o “más” que la mujer.


Ahora, enfocándome en la segunda pregunta, sobre si ¿buscar diferencias en los cerebros entre hombres y mujeres es un ejemplo de neurosexismo?, la respuesta es sí, como dije anteriormente. Pues como mencionado previamente, para hacer esa afirmación es importante entender la razón por la que se buscan estas diferencias, pues no es con intenciones altruistas de entender mejor la biología humana, es para poder encontrar justificaciones para reforzar las categorías patriarcales de género. Pues unas de las diferencias conocidas es que la testosterona, que es una hormona que los hombres tienen más que las mujeres, está altamente relacionada con la violencia. (Batrinos, 2012) Afirmar esto, de cierta manera justifica la violencia y la agresividad masculina, rasgos que en nuestra sociedad son aceptables o al menos impunibles hasta un extremo para los hombres, pero totalmente inaceptables para las mujeres. Encontrar estas diferencias y hacer estas correlaciones y nombrarlas de causalidades solo ayuda a reforzar la idea de que los hombres son violentos, agresivos, impulsivos, que así es su naturaleza, volviendo la masculinidad y la violencia sinónimos y etiquetando como algo ineluctable.


Otro aspecto que se conoce mucho en el neurosexismo es cuando afirman que el cerebro de la mujer es más chiquito que el del hombre, como es mencionado en la charla TED de David Diaz, que dice, “el cerebro de el hombre como media es más grande que el cerebro de la mujer, porque los hombres como media somos más grandes que las mujeres” (Diaz, 2018) pues en su discurso mismo está diciendo que en promedio entre los hombre comparados contra las mujeres, como si fueran casi dos especies diferentes, no como lo que somos, que son dos sexos de la misma raza. Lo que supone en la misma afirmación es que si se tiene en cuenta el tamaño promedio del hombre contra el tamaño promedio de la mujer son del mismo tamaño. Esto lo explican en el artículo científico por la Rosalind Franklin University of Medicine and Science, donde afirman que las diferencias de tamaño del cerebro de los hombres y las mujeres tienen todo que ver con las diferencias en el tamaño del cráneo y no con diferencias en los sexos, pues estas son demasiado insignificantes como para mencionar. (Rosalind Franklin University of Medicine and Science, 2021) En este mismo estudio se habla de lo que habla Eliot en el suyo, sobre cómo los estudios que se publican son en los que sí se ven diferencias entre los sexos, y en estos las muestras son muy pequeñas para contar como información válida, y como aspectos importantes para las acusaciones son ignorados.


Lo que se puede ver en estos dos ejemplos es que las diferencias que se buscan y de las que se publica es con una agenda en mente, que es reforzar las ideas y categorías patriarcales que hay de los sexos a través de reclamos biológicos, que cada vez se han desmentido más. Pues usando como ejemplo el estudio de la universidad Rosalind Franklin University of Medicine and Science, donde dice que “Across hundreds of such studies, Dr. Eliot's team found extremely poor reliability in sex difference findings -- nearly all specific brain areas that differed in activity between men and women were not repeated across studies” (Rosalind Franklin University of Medicine and Science, 2021) también habla de que los estudios no se han podido replicar a través de diferentes continentes tampoco, mostrando que estos resultados no son válidos. Son tan solo una cantidad de medias verdades y de desinformación para hacer que las masas sigan conformándose dentro de los estereotipos de género que impulsa el patriarcado.


Se puede ver entonces que el neurosexismo es una herramienta que se usa para hacer acusaciones, casi siempre desinformadas y con malos fundamentos para reforzar ideas preexistentes sobre los roles que deberían tener el hombre y la mujer que han sido institucionalizados por el patriarcado. También se puede ver como la misma búsqueda de las diferencias entre el cerebro del hombre y de la mujer es excluyente, en tanto que no se intenta entender el cerebro de los intersexuales, y también es ignorante, pues esas diferencias solo se buscan para reafirmar las normas sociales, pero como dice Chimamanda Ngozi Adichie en su libro “Dear Ijeawele, or A Feminist Manifesto in Fifteen Suggestions”: Aunque la biología es un tema fascinante e interesante, nunca debe ser aceptada como una justificación para una norma social. Porque las normas sociales son creadas por seres humanos y no hay ninguna norma social que no pueda cambiarse. (Ngozi Adichie, 2017)




Bibliografía


Batrinos M. L. (2012). Testosterone and aggressive behavior in man. International journal of endocrinology and metabolism, 10(3), 563–568. https://doi.org/10.5812/ijem.3661


Eliot, L., (2019). Neurosexism: the myth that men and women have different brains. [online] Nature.com. Available at: https://www.nature.com/articles/d41586-019-00677-x


Gómez-Upegui, S., (2021). Feminista por accidente. 1st ed. Colombia: Editorial Planeta.


Ngozi Adichie, C., 2017. Dear Ijeawele, or a Feminist Manifesto in Fifteen Suggestions. Knopf Publishers, p.50.

Rosalind Franklin University of Medicine and Science. (2021). Massive study reveals few differences between men's and women's brains: Neuroscientists conduct meta-synthesis of three decades of research. ScienceDaily. from www.sciencedaily.com/releases/2021/03/210325115316.htm


WordSense Online dictionary. (2022). Neurosexism. [online] https://www.wordsense.eu/neurosexism/




 

Abril 22, 2022

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